POR: Horacio Cárcamo Alvarez
Por cuenta de nuevas denuncias que trae en su última edición la revista Cambio no para el escándalo de “Agro ingreso seguro”. Esta vez se trata de unos subsidios para arriendo de maquinarias con los que el Estado favoreció a los terratenientes que ya se habían beneficiados con una “plática” no reembolsable, que el gobierno de la seguridad democrática y la confianza inversionista, les entregaba con el sustento filosófico que regalándole a unos cuantos ricos la plata que le pertenece a todo el país, se promovía empleo y una sociedad más equitativa en el campo.
Parece una broma pero así es: el gobierno a pesar de existir veinte millones de pobres, ocho millones de indigentes, cuatro millones de desplazados a los que les arrebataron 1.500.000 hectáreas, le regalo a cuatro familias poderosas del Magdalena 25.000 millones de pesos y adicionalmente les encimo un banco de maquinaria que le costó a los contribuyente, entre ellos los pobres que también pagan iva, 8.500 millones de pesos y que tienen trabajando en sus haciendas por un arriendo 25% menor al del alquiler de una maquinaria de particulares.
El ministro de agricultura Andrés Fernández salió a defender las bondades del programa e incluso, con airecito de chacho de barrio armo el Dios es Cristo, y descalifico a la revista Cambio en cuanto a que entre los beneficiarios se encontraban financiadores de la reelección del presidente Uribe, personas cuestionadas por las autoridades por paramilitarismo e incluso un extraditable. Al final y acorralado por la contundencia de los hechos no le funciono el querer construir verdades con desafíos y cara de palo y le toco aceptar que todo lo dicho por la revista era cierto. Según él la fuente lo había inducido al erro. Seguido asumía la responsabilidad política; empero no renunciaba. En la nueva ética de la administración pública solo se renuncia cuando la orden de captura es inminente.
La responsabilidad política es un hecho que se imputa a los servidores públicos del nivel directivo por el uso que hacen del poder. No se subsume en la responsabilidad jurídica ni en la legitimidad jurídica. El hecho de que no se quebrante ninguna norma legal no significa que no se le haya inferido un daño a la sociedad; regalar plata a los ricos para que financien sus inversiones en un país con tanta pobreza e iniquidades es una afrenta. Se pudo haber cumplido con los requisitos y los pasos de ley, pero no todo lo legal es moral, así reza el aforismo Romano.
Qué bueno que el ministro Fernández quien afrento a la sociedad Colombiana se auto imponga la sanción de la renuncia como mínima consecuencia de su responsabilidad confesa, antes que el Congreso de la República en uso de su función de control político lo haga merecedor a la moción de censura. Lo propio debería a hacer el ex ministro Arias renunciando a la representación como candidato presidencial del partido de Caro y Ospina.
Con la renuncia se preserva la dignidad del cargo que se desempeña, se salvoguarda la confianza de la opinión pública y la del presidente. Flaco servicio le hacen a la Nación atornillándose en el sillón de ministro el uno y en la precandidatura el otro hasta cuando los sancionen en los tribunales jurídicos. Marco Fidel Suarez Ilustre presidente del Partido Conservador recibió de la oposición los calificativos de “indecoroso e indigno” y renuncio de la presidencia de la república. No había regalado a ricos terratenientes la plata de los colombianos, solo había respaldado con sus sueldos y algunas hipotecas créditos a los que acudió por problemas financieros. Se debe imitar el ejemplo de los mayores.
Por cuenta de nuevas denuncias que trae en su última edición la revista Cambio no para el escándalo de “Agro ingreso seguro”. Esta vez se trata de unos subsidios para arriendo de maquinarias con los que el Estado favoreció a los terratenientes que ya se habían beneficiados con una “plática” no reembolsable, que el gobierno de la seguridad democrática y la confianza inversionista, les entregaba con el sustento filosófico que regalándole a unos cuantos ricos la plata que le pertenece a todo el país, se promovía empleo y una sociedad más equitativa en el campo.
Parece una broma pero así es: el gobierno a pesar de existir veinte millones de pobres, ocho millones de indigentes, cuatro millones de desplazados a los que les arrebataron 1.500.000 hectáreas, le regalo a cuatro familias poderosas del Magdalena 25.000 millones de pesos y adicionalmente les encimo un banco de maquinaria que le costó a los contribuyente, entre ellos los pobres que también pagan iva, 8.500 millones de pesos y que tienen trabajando en sus haciendas por un arriendo 25% menor al del alquiler de una maquinaria de particulares.
El ministro de agricultura Andrés Fernández salió a defender las bondades del programa e incluso, con airecito de chacho de barrio armo el Dios es Cristo, y descalifico a la revista Cambio en cuanto a que entre los beneficiarios se encontraban financiadores de la reelección del presidente Uribe, personas cuestionadas por las autoridades por paramilitarismo e incluso un extraditable. Al final y acorralado por la contundencia de los hechos no le funciono el querer construir verdades con desafíos y cara de palo y le toco aceptar que todo lo dicho por la revista era cierto. Según él la fuente lo había inducido al erro. Seguido asumía la responsabilidad política; empero no renunciaba. En la nueva ética de la administración pública solo se renuncia cuando la orden de captura es inminente.
La responsabilidad política es un hecho que se imputa a los servidores públicos del nivel directivo por el uso que hacen del poder. No se subsume en la responsabilidad jurídica ni en la legitimidad jurídica. El hecho de que no se quebrante ninguna norma legal no significa que no se le haya inferido un daño a la sociedad; regalar plata a los ricos para que financien sus inversiones en un país con tanta pobreza e iniquidades es una afrenta. Se pudo haber cumplido con los requisitos y los pasos de ley, pero no todo lo legal es moral, así reza el aforismo Romano.
Qué bueno que el ministro Fernández quien afrento a la sociedad Colombiana se auto imponga la sanción de la renuncia como mínima consecuencia de su responsabilidad confesa, antes que el Congreso de la República en uso de su función de control político lo haga merecedor a la moción de censura. Lo propio debería a hacer el ex ministro Arias renunciando a la representación como candidato presidencial del partido de Caro y Ospina.
Con la renuncia se preserva la dignidad del cargo que se desempeña, se salvoguarda la confianza de la opinión pública y la del presidente. Flaco servicio le hacen a la Nación atornillándose en el sillón de ministro el uno y en la precandidatura el otro hasta cuando los sancionen en los tribunales jurídicos. Marco Fidel Suarez Ilustre presidente del Partido Conservador recibió de la oposición los calificativos de “indecoroso e indigno” y renuncio de la presidencia de la república. No había regalado a ricos terratenientes la plata de los colombianos, solo había respaldado con sus sueldos y algunas hipotecas créditos a los que acudió por problemas financieros. Se debe imitar el ejemplo de los mayores.
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