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sábado, 22 de enero de 2011

Ventolera de elecciones



Por: Horacio Cárcamo Álvarez
La globalización del mundo no es solo económica, lo es también cultural; y esto es lo más grave. Las sociedades por cuenta de este fenómeno se han asexuado culturalmente hablando, y las diferencias, que eran su atractivo han cedido ante la homogenización cuadriculando el comportamiento y convirtiendo a los hombres en clones. Como es de esperarse la molécula del clon la sugiere el poder del mercado y la moda.
En diciembre mientras se disfrutaba del regocijo espiritual de la navidad nos metieron entre villancicos y natillas el cuento que apenas iniciara el mes de enero se prendía la política. Así fue, con las primeras luces del año nuevo se alborotaron las campañas, a tal punto, que algunas ya tienen murales y eslogan inspirados en el imaginario del autoproclamado candidato y en la masturbación de su ego erecto.
La reforma política desarrollo un sistema de partidos para hacer la actividad política más seria y decente. Sin embargo, la explosión de candidatos por cuenta propia indica lo contrario. En los sistemas clientelista e inescrupulosos la autoproclamación opera como estrategia para garantizar ubicación en el partidero o negociar premios de consolación; generalmente en dinero, a cambio de retiro o respaldos.
La prensa hablada, escrita, y la más poderosa, la bemba, conmino a los patos a que se tiraran al agua en enero, los patos se tiraron. Ñoña de perro quien no haya sido invitado o promovido una reunión política en estos veinte días o por lo menos pintado un poste del alumbrado público o pared, para advertir que es un pato político en el agua.
Leyendo los avisos de los iluminados se deducen dos cosas: la primera que son mentirosos, al no decir lo que quieren decir y la segunda que no temen la ley que prohíbe la publicidad política en estos tiempos. Si una persona que pretende el favor popular para posar de vocero político miente y quebranta la norma, ¿de cuantas cosas sería capaz? Buena pregunta para el foro.
Ventolera es ventolera. Paso la de diciembre. La de ahora es de política; ser candidato es estar in, en la jugada, lo demás es inoperante, como dijera Carlos lengua, el gran sastre Magangueleño.
Así como cada año en carnaval la gente desempolva los disfraces, en tiempo de elecciones los pueblos reeditan sus ilusiones. Por cuenta del madrugón político comienzan las especulaciones sobre cómo salir de la situación de desgracia, corolario del mal gobierno, y no se encuentran caminos claros. Los que hay están cubiertos por la neblina del poder corruptor que no los deja ver, y además, anula el discernimiento esclavizado por la ignorancia y la miseria.
Dos destacados columnistas de este diario hicieron por separado propuestas para salir de esta pesadilla. El primero sugiere un proyecto político, independiente de quien sea la persona para realizarlo y el otro invoca a “Superboy”. Los dos están de acuerdo en el fin último; garantías ciudadanas y redención. Yo coincido con la búsqueda de un líder, y lo hago no solo por “superboy”, sino, porque los proyectos políticos son letra muerta cuando no hay hombres probos para desarrollarlos; contrariu sensu, el mejor proyecto político es un gran líder.
Desde los inicios de la humanidad los tiranos solo temen a líderes de moral inquebrantable, porque estos sofocan y levantan a los pueblos.

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