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sábado, 12 de noviembre de 2011

Ok



Por: Horacio Cárcamo Álvarez
Otro éxito para la fundación por la Magangueliñidad; toda la programación cultural desarrollada en esta semana alcanza altas calificaciones. Ni uno solo de los actos se exceptuo de elogios y reconocimientos.
Meritoria mención a todo el equipo humano que participo de la organización, sobre todo por la dedicación y entrega reflejada en la calidad del trabajo derrochado con lujo en todos los detalles. El esfuerzo de estos escultores posibilito la convocatoria por unos días alrededor de la vecindad, la fraternidad, la cultura y el folklor.
Trabajar cultura no es asunto de poca monta. A la cultura se le reconoce importancia en los procesos de integración de las comunidades urbanas y rurales discriminadas, en el diseño y aplicación de la política de igualdad de género y en la interpretación de las aspiraciones de la sociedad en su anhelo de justicia con cohesión social. Para Amartya Sen la cultura debe ser considerada en grande, no como un simple medio para alcanzar ciertos fines, sino como su misma base social.
La cultura esta, en lo que podríamos denominar, situación de reinvención, tanto, que hoy no se concibe el desarrollo económico sin el componente cultural. La administración pública y la dirigencia política en el mundo cada vez son más conscientes de la dimensión de la perspectiva cultural en la convivencia social.
En tiempos de globalización el mayor intercambio en la comunidad de naciones es en materia cultural. La Unesco ha observado especial interés en la tarea de recuperar y proteger el patrimonio material e inmaterial de los pueblos y en su conferencia general del año 2003 aprobó la “la convención para la salvoguardia del patrimonio cultural inmaterial”. Hoy no se discute la importancia de la política cultural en la estrategia de Desarrollo Humano.
La proxima administración municipal tiene que definir el modelo de sociedad a implementar y en el debe tener capitulo destacado el componente cultural. Desde el treinta de octubre pasado se experimenta un renacimiento con el cual moralmente se encuentra comprometido el alcalde electo, y la fundación por la Magangueleñidad es un medio idoneo para reconstruir tejido social.
El modelo de administración marcará la ruta a seguir, y por el talante de Marcelo Torres nos atrevemos a pensar, en vos alta, que se apostara por uno que promueva la inclusión social y propenda por el bienestar colectivo para que la riqueza pública sea de todos y el mototaximos y la informalidad economica no sean inevitables. La pobreza no es un destino natural, es la consecuencia de modelos de desarrollo orientados perversamente a la concentración de la riqueza, indistintamente los peligros generados en los desequilibrios sociales.
Cuando la oscuridad era más densa no era porque todo estaba perdido; en esta ocasión se trataba de la cercania de la luz del nuevo día. En Magangué cuando se paralizo el gobierno y la dirigencia política la sociedad civil avanzaba en su organización y en el debate a los grandes problemas colectivo.
Nuestro amigo Alvaro Anaya una vez más cumplio y para él es merecida la vuelta al ruedo como en las grandes faenas taurinas. Todo ok.

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