Por: Horacio Cárcamo Álvarez
Es frecuente después de cada elección hacer el balance sobre quienes ganan y quienes pierden con la intención de construir el nuevo mapa político. Estos balances no dejan de ser subjetivos, porque en ellos influyen interes y porque, además, se gana de acuerdo a lo que se pretendía obtener; de ahí que no siempre ganando se gana totalmente, y contrario sensu, no siempre perdiendo se pierde del todo.
Desde la orilla de mi análisis, después del pueblo, la gran y única ganadora fue la izquierda, que lo hizo a través de Marcelo Torres, un hombre desde muy temprana edad educado en el socialismo, curtido en la lucha social y con prestigio reconocido en el escenario nacional. No es gratuito ser de los más cercanos a Gustavo Petro, de quien recibió el encargo de venir a recuperar a Magangué.
En Magangué no triunfaron personas ni instituciones políticas. El gran ganador fue el pensamiento de izquierda, como forma de concebir al Estado y al gobierno, un referente doctrinario de lo que debe ser la sociedad y el servicio público, una concepción de justicia y del progreso.
El modelo político administrativo de los últimos veinte años, que tuvo como punto de partida la privatización de los servicios públicos domiciliarios, la salud y la educación colapso, dejando como saldo un municipio inviable financiera y administrativamente, destruido en su infraestructura física y sumido en la peor pobreza. También el modelo promociono la presencia de empresarios en la política, para convertirla en un negocio y el de políticos debutando como empresarios para complementar el reinado de la corrupción.
Solo el pensamiento de izquierda en un hombre de izquierda garantiza, que el dinero público sera para resolver las necesidades sociales y no para aumentar los ceros en las cuentas bancarias de quienes secuestraron la administración. El triunfo de Marcelo no es un relevo de amos; es el inicio de la edificación de una nueva cultura política y un nuevo estilo de administrar, donde el interes general prime sobre el particular, y aunque suene a retorica recurente y barata, así sera.
A quí las cosas cambiaron desde el domingo treinta de octubre, para que nada sigua igual; la garantía la da el propio Marcelo, su historia, el compromiso con el país y su condición de hombre revolucionario. Magangué eligio como alcalde al más ilustre de sus hijos y dentro de poco saldra de la condición de municipio fayido y escandaloso, para transitar por las avenidas de ilustre y ejemplarizante.
Son pocos los días que faltan para asumir de nuevo el liderasgo en la región, y con seguridad los temas relacionados con la lucha contra la pobreza, atención a desplazados y aplicación de la ley de victimas haran parte de la agenda del próximo gobierno. La política pública sera con enfonque en derechos humanos, para que estos no sigan siendo un simple saludo a la bandera.
Triunfo el pensamiento de izquierda, no la izquierda de los Moreno, sino la izquierda de Petro; el de la lucha por lapaz, la justicia y el buen gobierno.
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